Y fueron dos iguales

Como explicar que a los 17 años, ella no pensaba en ser la mejor en todo, queria ser como era ella misma, y buscando un camino hacia su horizonte consiguió saber lo que de verdad era. Sumergida en un cieno del que no podía escapar se negaba una y otra vez que esa era su libertad, solo conocía una forma de salir de aquello, de no sentir más el miedo que durante cada noche de verano la torturaba.

La depresión era cada vez más fuerte y no encontraba una solución, pues veía a sus ángeles de la guarda como titanes que la deborarian en cuanto desplegara sus alas... Se refugiaba entre canciones de Minage, que conseguían mostrarle cual era su problema. "Quierete más" le decian amigos que casi no conocía, "tienes que salir y conocer chicos".

Pero eso era impensable para ella, con cien mil complejos, se encerraba en su habitación, llorando y preguntandose una y otra vez que hacía ella allí, y para qué servía su vida, si estaba llena de sufrimiento.

A los pocos años, tuvo que marchar de su casa, y tras la puerta dejó a la niña que jugaba con cochecitos, a la ermitaña de la clase, a la hija imperfecta que no sabía tener vida social.

Día tras día, en su nuevo hogar, iba y venía de clase, pero sin hablar con casi nadie, pues ella no era muy sociable, se limitaba a pedir algo y decir gracias, sumergida en su música y relacionandose solo por internet; ella sabía muy bien, que toda su vida no podía ser así.

Un día, fue a comprar un disco, aquel que tanto asiaba. Cuando estaba casi a punto de cojer ese disco azul, con una mujer en un diván retratado, una suave mano tambíen lo cogió, y con éste, su propia mano. Se cruzaron sus miradas y ella sintió un fuerte calor en la barriga.

Escuchando los primeros acordes de una canción llamada como el viejo continente, empezó a desnudar su alma, estaba descubriendo que era lo que durante tantos años le ocurría. Mientras los siete minutos de la canción parecian alejarse, ella empezó a levitar y a sentir como todo el peso de su vida se le escapaba de las espaldas, por fin sus bellas y blancas alas se abrian como nunca lo habían hecho.

Corriendo, entro al chat donde comentaría el nuevo disco, y allí otra alma solitaria empezó a hablarle.

Hoy por hoy, ponen banda sonora a su vida con besos y abrazos, suenan idilios en el bello amanecer, sin complejos ni temores, siendo unicas, almas gemelas, que no se esconden. Sí, su nombre es Aurora, y es lesbiana.

"Dedicado a dos grandes mujeres, Vero y Paula ¿qué sería de mi sin vosotras?"