El mirador

El camino de la soledad me llevó hasta un paraje único, impresionante. Sus profundidades y abismos me transportaban a un mundo frío, habitable, oscuro y siniestro, cálido. Un arbol me cortó el camino, me impresionó su grandeza, cuando más solo me sentía me arropó con sus afiladas hojas. Cuando mas hambriento estaba me daba su sabia de beber. Yo no le aportaba nada, tampoco me lo pidió. Cuando las serpientes del pasado intentaban envenenarme, me nutría de ello y el árbol me protegía y ayudaba.

Ese árbol se convirtió en parte de mi vida y sus ramas estaban ligadas a mi alma.

A día de hoy tengo un mirador en sus ramas, se que se alegra de que esté allí, aunque nunca lo dice, no habla, solo me mira. Cuando lo visto, la corteza se enriquece, se cubre de fresco musgo y si me marcho, me llevo una ramita.

A toda esa gente que me importa, desde el mirador contemplaremos los sueños, pues vosotros sois mi árbol. GRACIAS.

Hoy me he inspirao y agradezco en esto a toda mi familia y amigos!!! Voy a dormir...