LAS CARAS DE LA VERDAD. "EL ORIGEN"

22 de Mayo de 1974, Finca de las Cruces, Palencia.

Aquella noche todo estaba calmado y en ningún rincón de la finca se escuchaba un solo ruido, todas las habitaciones pasaban la noche a oscuras; todas menos una: En una de las camas de las habitaciones de la parte de arriba estaba Cruz Ruiperez, a los lados de la cama se encontraban Emilia, la sirvienta de la finca, que siempre ha sido una mujer muy trabajadora, con el pelo blanco y un uniforme negro; Pablo, el marido de Cruz, un hombre muy alto, delgado y con el pelo blanco, parecía estar cansado y demacrado; Alonso, hermano de Cruz, sentado en una butaca, esperando el momento y un médico que iba indicando el estado de Cruz:

- Bueno, pues no da tiempo a ir al hospital, asique vamos a ponernos manos a la obra- dijo el médico.- Pablo, me tienes que ayudar, pon las manos sobre la barriga de tu mujer, y cuando yo te diga ejerce una presión hacia abajo. Bien. Así.

Tras los gritos de dolor de Cruz:

- - ¡Ya sale! ¡es una niña! Ha nacido el día 23 de Mayo de 1974 a las 1 horas. Cógela Cruz, es tu hija. Pablo, enhorabuena, has tenido una hija muy sana.

- -Muchas gracias Gerardo, eres un médico fabuloso- agradeció Pablo.

- -Le pondremos África, África Steve Ruiperez. –dijo Cruz- Pablo, despierta a Carlos, dile que su hermana pequeña ha nacido.

31 de Julio de 1979, Hospital General, Palencia.

Cruz esperaba fuera de la UCI alguna noticia, Alonso, su hermano esperaba sentado en la sala de visitas y, mientras, Emilia se había quedado con África y Carlos, que tenían 5 y 11 años.

Pablo estaba en la cama, intubado y con fuertes contusiones por el cuerpo, había tenido un accidente.

-Hola Cruz, soy la doctora Gándara, su marido ha entrado con politraumatismo craneoencefálico y con un neumotórax casi mortal, siento decirle esto pero es cuestión de horas.

-Muchas gracias doctora, debo prepararlo todo.

-Hay algo más – añadió la medico- su marido conducía ebrio, estamos en la obligación de denunciar.

Sin entrar a la habitación a despedirse de su marido, Cruz cogió sus cosas, se puso el abrigo y salió de la habitación. Alfonso la perseguía:

-¿Dónde vas? –preguntó extrañado.

-Debo hacer como que lo preparo todo, pero necesito tiempo algo más de tiempo. –Parecía nerviosa.

-¿Tiempo? No, estoy no era así; dijimos que lo una vez muriera todo acabaría, no puedes seguir con esto.

-Te equivocas, debo seguir con esto. Alonso, eres muy inocente, todo esto no lo hago por el dinero, yo dinero tengo de sobra. Esto lo hago porque estoy embarazada, y no quería que Pablo me descubriera.

-¿Qué? ¿Embarazada? ¡Dios! Que esto puede salir muy mal. –Alonso estaba muy preocupado.

-Tranquilo-dijo Cruz- Hay que confiar en Dios.

Alonso se quedó pensativo. La confianza ciega que su hermana tenía hacia Dios era tal que llegaba a ser desagradable

A las dos horas, Cruz ya estaba en su casa, sola. Entonces rompió a llorar. No sabía qué hacer, pero no lloraba por su marido, sino por el grave error que había cometido pero nadie debía notárselo, pues su siempre diría que su tercera hija sería de Pablo. Debía prepararlo todo para el funeral y después, después no sabía que pasaría.

Como se que estabais desesperados os adelanto algo... En el Capitulo 1, África se encontrará con lo que dejó atrás... pero tan solo durante un instante...

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