Realidad relativa

La gran realidad de la vida es que nada es real. Cuando despertamos de una pesadilla solemos respirar y pensar que ya pasó, pero la verdad es que la vida es eso, un largo sueño que se apodera de nosotros y no nos deja respirar ni un segundo. Poco a poco, como un árbol en otoño, vamos perdiendo hojas y adentrándonos en la frialdad del invierno, dejando que los huesos se nos llenen de escarcha y muriendo poco a poco. Pero en esa corteza, húmeda y dura, siempre se esconde un líquido maravilloso, la propia vida que nos corre por las venas y que nos descubre un nuevo amanecer.

Y la verdad de todo es que no necesitaremos más hojas en primavera, tampoco que nos llueva demasiado pues nos vale con estar siempre llenos de ese líquido, porque lo que hay fuera, se sobrevalora, y a la hora de la verdad, nada importa porque vivimos en un sueño.

Bien, ya es hora de cortar las raices y aprender a andar, será duro y doloroso, pero es ley de vida, ley de realidad.