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lunes, 23 de marzo de 2009

Las Caras de la Verdad (Cap.2, La Confesión)


CAPITULO 2. LA CONFESIÓN


-… Señor Albeleira, ¿es cierto que usted estuvo cenando con la señora Sanz la pasada noche?
- Por favor, Julián, llámame Isaac, que hemos sido compañeros durante muchos años- Exclamó arrogante Isaac.
-Mira, si no quieres que todo esto empeore colabora con nosotros, a mi no se me hace fácil tener que interrogarte, ¿sabes?, pero no tengo más remedio. Si no me ayudas, toda la mierda te salpicará a ti, y lo que es peor, arrastrarás a tu mujer contigo.
-¡No metas a mi mujer en esto!
-Ella estaba con vosotros la noche de la cena, ¿no es cierto?

La lluvia chocaba con los cristales del Passat cuando África se dirigía hacia la comisaría de San Ignacio. Al llegar, bajó del coche, subió las escaleras y entró en la comisaria.
-Hola, buenas noches, soy África Steve, la mujer de Isaac Albeleira.
-Lo siento, señora, pero usted no puede ver a su marido hasta que no acabe el interrogatorio, espere en la sala.
-No será necesario, hola África.
-Julián, ¿qué ocurre?- Dijo entre sollozos
-Estate tranquila, debe ser un error. No quiero alarmarte, pero la jueza Carrasco te enviará una citación en las próximas horas, ya que tú también estuviste anoche con Laura.
-Vale, yo no tengo nada que esconder…

-Isaac, ha llegado tu mujer, he estado hablando con ella.
-¿Mi mujer? Llévatela de aquí, no quiero verla. Dijo Isaac poniendo una mirada furtiva.
-¿Pero qué coño dices?
-¡Que la eches de aquí! ¡No quiero ver a esa arpía!

Julián salió disparado de la sala de interrogatorios, fue a ver a África y le conto lo que estaba ocurriendo.
-No puede ser, nosotros no hemos tenido ninguna pelea. Cuando esta mañana ha salido de casa, iba tan normal. Julián, por favor, son muchos años, me tienes que hacer el favor y dejarme entrar.
-Sabes que no depende de mí- Dijo Julián con la mirada perdida en la máquina de café.
-Por favor, dejame hacerlo, quiero que me explique qué pasa.

Cuando África entró en la pequeña sala, vio a su marido tirado en un rincón, susurrando palabras sin sentido.
-Isaac, ¿qué pasa? – África no pudo contener las lágrimas
-¿Quién coño eres tú? ¡Laura! Estas viva
-¿Qué? ¿Qué pasa?- África estaba histérica
-Yo te maté, y ahora estás viva.
-¡África, sal de aquí, vamos a llamar al médico!

África, lloraba en el recibidor de la comisaria… se golpeaba la cabeza contra la puerta y se preguntaba una y otra vez porqué su marido decía que había matado a Laura, si cuando salieron de su casa, ella estaba viva. Y lo más importante, ¿porqué su marido la había confundido con Laura? <> Se repetía miles de veces…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que interesante!!! me encata Xema sigue asi!!

Raqueleta

Anónimo dijo...

se nota bastante que al tio se le ha ido la cabeza
mañana me tienes que contar tus ideas a ver que decidimos

Anónimo dijo...

Neeen_! Ia he leio tu mail!!! jejejeje Mas visto?! Salia ben?! jijii

La historia a la M le tene q gustar... ara anda lia pero me manda re2 pa tii**

Adiosss