Las caras de la Verdad. Capitulos 4 y 5

CAPITULO 4. ENTRE LAS COSAS DE ISAAC

A la semana del entierro de Isaac, África ya estaba preparada para deshacerse de las cosas de su marido. Se dijo a sí misma que eso era lo correcto, que debería hacerlo ya. Cuando entró en el despacho, notó algo raro en su interior. Se sentó en el sillón donde Isaac leía el periódico, cogió su agenda y la abrió. De pronto, todo se vino abajo, todo se nubló y no supo cómo reaccionar: en el día del suicidio de Isaac ponía “BUSCA A ÁLVARO, EL HIJO DE LAURA”… después de eso, todos los días estaban en blanco, Isaac sabía perfectamente lo que le iba a pasar. Ahora nada encajaba, todo esto parecía muy raro, no sabía cómo podía ser. Se levantó y se sentó en el frio suelo, contempló las cajas vacías y no pudo contener una lágrima que se desplazaba por su cara. De pronto, vio algo extraño, había un DVD encima de un jarrón: “para África” ponía en grande en la tapa.
-África, sé que esto te va a parecer muy extraño, pero no puedo contártelo, si estás viendo esto significa que todo ha salido como esperábamos. El día de la cena, en casa de Laura, yo dejé todos esos símbolos de la secta por la casa, sin que vosotras me vierais, después dejé un puñal encima de la cama y nos fuimos. Laura hizo el resto, ella se suicidó, pero quería que pareciera un asesinato, porque no podía salir a la luz que ella fue la causante del suicidio de su hijo, aunque esa misma noche, me enteré de que Álvaro no se había suicidado. Debes encontrarlo y explicarle... África, te tengo que dejar, ya es la hora. Te quiero mucho.
África rompió a llorar, no entendía nada, no podía ser. Debía encontrar a ese Álvaro, pero no le iba a contar lo que ocurría, sino preguntarle por qué su marido se había suicidado por Laura, ¿por qué?




CAPITULO 5. LA LLAMADA

Por más que miraba Internet, páginas blancas y todo tipo de información, no sabía dónde encontrar a Álvaro.
Mientras África intentaba dormir un poco sonó el teléfono:
-Buenas noches, ¿África Steve?, soy la jueza Carrasco, instruyo el caso Sanz, no sé si me recuerda…
-Sí, la recuerdo perfectamente, dígame señoría en que le puedo ayudar, porque creo que dejó muy claro que yo carecía de ayuda para usted, ¿no es así?
-No se ponga impertinente conmigo, no le conviene. Quisiera hacer un trato, ya que usted tiene preguntas y yo respuestas.
-¿Qué tipo de respuestas?- Dijo África deseando que fuese algo relacionado con el hijo de la escritora.
-Tengo el paradero de Álvaro Sánchez, hijo de Laura Sanz
-¿Qué?, dígame dónde está, por favor, necesito verlo.
-Si, por supuesto, yo le diré donde se encuentra, pero antes necesito algo de usted. Quiero saber el teléfono y dirección de Bea, la pareja de Laura, ya que podría ser un homicidio por despecho.
-Yo no conozco a Bea, solo por fotos, pero no sé donde se encuentra…
-Mira África, voy a ser clara contigo, se perfectamente que lo de los signos de la secta son un montaje de su marido, pero no lo puedo demostrar. También se que Laura Sanz se suicidó, pero ella era muy egocéntrica y necesitaba ante todo llamar la atención, asique, aunque tú y yo sepamos la verdad, solo puedo hacerlo oficial con hechos, y de eso, tampoco tengo pruebas. Es curioso que su marido fuera principal sospechoso, se suicidara y luego las pruebas dijeran que no era culpable, ¿no? ¿Por qué se suicidó si él no tenía nada que ver?
-Yo no entiendo nada, señoría, bastante he pasado ya, con todo esto, ¿y ahora me dice que yo debo ayudarle en la investigación? Lo siento pero no.
-Si no me ayudas, el nombre de su marido quedará manchado de sangre para el resto de su vida, ¿eso es lo que deseas? Voy a encontrar a Bea, cueste lo que cueste, y no me importa el precio que tenga que pagar. La pieza que le falta a este puzle son ellos dos, Bea y Álvaro, que, según mis informadores “no oficiales” ahora están disfrutando de una luna de miel, ¿curioso, no? El hijo y la mujer de Laura, son pareja…
Había colgado, los sonidos del teléfono se le clavaron a África en la cabeza, y estuvo durante horas dándole vueltas.

El circulo se va cerrando, y la verdad muestra su cara más cruel. ¿Issac se suicidó por Laura? ¿Laura por su hijo? ¿Por qué Álvaro, el hijo de Laura fingió su muerte? ¿Qué esconde Bea, la mujer de Laura? ¿Qué trama la jueza Carrasco? Proximamente los capítulos finales, que no dejarán indiferente a nadie...