CAPÍULO 1. LA NORMALIDAD.
Isaac, el marido de África la miraba con odio, lo había asesinado e iba hacia ella con un cuchillo en la mano, al momento se le sumaban Bea, Álvaro y Laura, que también iban a por ella. De repente, aparecía la hermana de África, Sofía y se volcaba hacia ellos. La habían matado.
Cuando África despertó esa mañana, no sabía dónde se encontraba y era una sensación que se le repetía todos los días, durante los 5 meses que llevaba en Palencia. El sueño se le repetía también día tras día.
Bebió un poco de agua y permaneció en su habitación un poco más. Llevaba cinco largos meses en casa de su madre y ya le parecía toda una vida. No soportaba más la situación porque nunca se había llevado bien con su madre pero estos últimos meses habían sido peores que nunca. Desde el entierro de su hermana Sofía, su madre estaba más amargada que nunca, su hermano Carlos sólo pensaba en el dinero y su mujer, Carmen, seguía siendo muy fea. A África nunca le cayó muy bien, por eso la veía más fea de lo que en realidad era.
A la media hora ya no aguantaba más; se levantó, se puso una bata y bajó a la cocina. Al pasar por el lado del teléfono lo cogió, comenzó a marcar pero paró en seco tras los primeros dígitos; llevaba cinco largos meses llamando a la comisaría para preguntar cómo iba la investigación de la muerte de Sofía pero ese día no llamó. Las semanas que pasó esperando encontrar pistas de la muerte de su marido, Isaac, la había hecho cambiar, África era ahora una mujer mucho más dura, con una coraza que escondía una depresión, con un gesto amargo que nadie conseguía quitarle y con las ideas muy claras: no confiaba en la justicia para resolver el caso de su hermana pero tampoco tenía ganas de resolverlo ella, no quería.
Entró a la cocina y saludó a Emilia, la criada; una mujer que lo había dado todo por esa familia. Ella no tenía familia, desde joven había trabajado en la Finca Cruces y allí seguía más de 30 años después, dispuesta a cualquier mandato de Cruz Ruiperez.
- Hola África. Tu madre no ha bajado todavía, hoy va a ir de compras a la ciudad y la llevará Carlos, te lo digo por si los quieres acompañar. Tu madre está muy mal, la pobre hace como que no le afecta la muerte de Sofía pero yo la veo fatal. Perder a un hijo es lo peor que le puede pasar a una mujer- África estuvo a punto de contestarle de malas maneras, pero Emilia era la única persona que le importaba de esa casa.
- Yo ya no se qué pensar de mi madre. Yo me he venido para ayudarla, pero ella se cierra, apenas pasamos tiempo juntas, y no es capaz de llorar a su hija por no romper la fachada de Cruz Ruperez, la gran sufridora. No hace falta, en el tiempo en el que vivimos, guardar la compostura con algo así –África estaba muy enfadada con su madre, y con el mundo-.
- Esta finca es una de las más importantes de la zona, África –exclamó Emilia-. Tu madre es la dueña de muchas tierras y tiene un gran patrimonio y en ese mundo de hombres, ella tiene que parecer dura.
- Emilia, tú también eres de otra época como mi madre. Y en el caso de que lleves razón, ¿para qué tanto patrimonio? Para solamente estar más distanciados.
- Ayúdame anda- Emilia ignoró las palabras de África y cambió de tema- que viene tu hermano Carlos y tu tío Alonso a comer y no me da tiempo.
A las dos en punto ya estaban en la mesa Africa, Cruz, Carlos, su mujer Carmen y el tío Alonso. La comida fue como siempre, en silencio, tensa y con las miradas perdidas en los platos. África estaba un poco harta de esta situación y aquél dia se propuso cambiar el rumbo de las cosas:
-Mamá, necesito las llaves de la habitación de Sofía, quiero entrar y ordenar sus cosas –dijo en un tono suave, casi agradable.
-Nadie entrará en el cuarto de tu hermana –dijo sin despegar la mirada del plato.
-Esa habitación lleva cerrada 5 meses, es hora de organizar las cosas – África insistió aunque sabía que su madre era muy tozuda.
-HE DICHO QUE NO!!! No metas las narices en la vida de tu hermana. Deja de ser la periodista metomentodo que eres, siempre doña perfecta que todo lo arregla -Cruz tenía los ojos ensangrentados de ira-. Vuelve a Madrid y déjame guardar mi luto en paz.
-Cruz, basta ya –Alonso salió en defensa de la chica- tu hija solo pretende ayudarte, solo eso.
Su madre no estaba por la labor pero África iba a entrar en la habitación, ya no por ordenar nada, sino por incumplir la voluntad de su madre, aunque en su interior, por mucho que ella quisiera negarlo, deseaba encontrar alguna pista acerca de la muerte de su hermana, pero tenía miedo de que las cosas salieran mal, como la otra vez.
Después de la discusión, África salió del salón sin saber muy bien hacia donde iba, tan solo caminaba lentamente. Se descubrió subiendo las escaleras. En la primera planta estaban las habitaciones de sus padres y la habitación de cuando Sofía era pequeña. Al subir a la segunda, pasó por lo que era ahora su habitación y la de su hermano; pero fue en la tercera donde comprendió que sus pasos no eran en vano. Estaba justo enfrente de la puerta de lo que era su habitación en su adolescencia, convertida en la habitación de Sofía cuando África se fue a Madrid. La luz del pasillo estaba fundida, ya que Cruz había prohibido el acceso a esa planta de la casa. Iba andando lentamente, cogió el pomo con decisión y se propuso girarlo…
-Hola África!- Saludó con demasiada alegría una voz muy suave.
África se dio la vuelta, era Raquel, su amiga de la infancia. La típica amiga a la que con quince años le cuentas todo, pero con treinta no puedes ni ver. África pensaba que en realidad no le caía mal, simplemente no tenía ganas de estar con nadie, pero Raquel se portaba muy bien con ella, asique le tocaba ceder un poco.
-Hola Raquel, ¿qué haces aquí?-Preguntó con tanta simpatía que se notaba la falsedad.
-Estaba aburrida en casa y me ha apetecido venir a verte, ¿nos tomamos un café? –Raquel no dio opción a negarse; cuando terminó de hablar ya estaba bajando las escaleras.
-Vale, me vendrá bien oxigenarme un poco –Contestó África no muy segura de que la estuviera escuchando.
Fueron a una terraza en el centro de la ciudad. El sol de Mayo era bastante agradable; en la casa, los árboles rodeaban todo y casi no entraba la luz directa asique África lo agradeció bastante. Estuvieron hablando más de una hora. África empezó a recordar aquella Raquel que hacía las veces de su psicóloga personal, ya que se le podía contar casi todo. La periodista le confesó los planes que tenía en cuanto al caso de Sofía y la negativa de Raquel no tardó en llegar, pero África supo como contestarle:
-Ya, pero es que no entiendo nada, ¿porqué se ha parado la investigación? Creo que hay alguien detrás de todo.
-Pero no te conviene meterte en otro lio, ya tuviste bastante con Isaac. Además, ¿tú te has vuelto a Palencia para descansar, no?
-Sí, Raquel, pero no puedo dejar de preguntarme qué le pasó a mi hermana Sofía.
-Lo que yo no dejo de preguntarme es porqué no dejas de ver fantasmas donde no los hay. Tu hermana iba paseando, y cayó a un pozo, fin de la historia.-Raquel comenzaba a sudar, tenía poca paciencia.
-Hola Raquel, perdón por el retraso pero estaba de trabajo hasta arriba. -Llegó un chico de unos 30. África no se fijó hasta pasado un rato y lo cierto es que le atrajo bastante, era la primera sensación que tenía así-.
-Hola Leo, mira, te presento a África, ya te he hablado alguna vez de ella, ¿no? África, este es Leo, un amigo.-Raquel hizo las presentaciones.
-Asique tu eres África Steve –el chico parecía alucinado- Claro que se quién eres. Me encargué, en mi periódico de seguir el caso de Laura Sanz, una verdadera lástima. Soy periodista yo también, trabajo en un periódico digital, “Abunews punto com”.
-Eh, pues si… yo… yo soy África… -Ella estaba confusa, no sabía que decir.
Estuvieron hablando más de dos horas, conociéndose e intercambiando anécdotas de la profesión. Pero de repente, el buen ambiente se rompió:
-¿Te puedo preguntar una cosa, África? Sin ofender, claro.
-Claro, dime – en realidad no quería hablar del tema-.
-¿Qué pasó al final? Por lo que sé, está decretado el secreto de sumario por la Jueza Carrasco –África tuvo un escalofrío al escuchar ese nombre- Y no hace muchas declaraciones, está todo estancado. Siempre ha sido famosa por sus malas formas y su subjetividad, pero pienso que es una de las mejores juezas de este país, asique seguro que da una solución.
-Pues al final no sé muy bien que pasó solo espero que se desvele pronto –No sabía mentir.
En el camino de regreso a casa, África no dejó de pensar en Begoña Carrasco. Hacía ya cinco largos meses que había dejado atrás a la jueza, y no había pensado en que podría volver.
Al llegar a casa, África se fue directa a la terraza, quería fumarse un cigarro antes de acostarse. Pasó inevitablemente por la tercera planta, por la puerta de la habitación de Sofía. A los quince minutos ya estaba en la cama, a punto de dormir, pero se sobresaltó:
“La luz de la tercera planta estaba encendida, alguien había subido y habían cambiado la bombilla”
ATENCIÓN!!! A partir de ahora vosotros seréis uno más en la historia, A través de los comentarios en el blog, de Facebook o de Twitter, podréis hablar con África de lo que queráis, preguntadle datos, opiniones o darle pistas... ella se guiará en los próximos capítulos por lo que le digáis, así que vosotros elegís el destino... Hacedlo bien!
Para Twitter debeis poner @Chema129 (espacio)África: y la pregunta.
11 comentarios:
Hola! Soy África! Ya podéis enviarme vuestras preguntas y comentarios!!! Deebeis ayudarme con la investigación, no se por donde empezar. Es pronto para sacar conclusiones, o no?
Soy la primera en leer el nuevo capitulo...la verdad q sta la cosa super interesante...
Yo me pregunto si Raquel tiene q ver algo con la muerte de la hermana de Africa o no??=)
Raquel siempre ha sido muy inocente, incluso cuando le planteé lo de investigar la muerte de mi hermana se puso hasta nerviosa. Pero ahora que lo dices, se puso demasiado nerviosa???
Ummm de Leo no hay que fiarse del todo...le está tendiéndo una trampa...o no?...y la bombilla porque ahora luce?? eh?? misterio...
Hola Sultana soy África (en el Facebook de Chema, por supuesto ;D) De Leo no me fio mucho, fue demasiado directo con la pregunta, y en vez de preguntarme, simplemente afirmó. Como su apellido sea Carrasco, me da algo...
A mi no me mola la sirvienta, sin vida ninguna... hum!! tu que dices, África? jejej
A mi que Raquel se pusiera tan nerviosa y quisiera evadir la conversacion y cambiar de tema no me trae buenas sensaciones...=)
A*: La sirvienta lleva con nosotros toda la vida, me ha criado ella.
Isa: Raquel ha sido mi amiga siempre, no tenía mucha relación con mi hermana pero todo puede ser...
pues menos mal que iba a ser larga... tu el concepto de largo no lo entiendes bien verdad?
Africa: bueno primero decirte que me conozco tu vida mejor que la mia (si, chema eres un cansino =D)y que creo que la amiga de la infancia tiene algo que ver porque aparecer justo cuando ibas a entrar en la habitacion es muy sospechoso
Joder, Cristina, es más largo que el final de LCDLV 1!!!
Cristina: Te sabes mi vida mejor que yo? Jajaja!!! Muchas cosas de las que se me pasan por la mente no las sabeis! Todos me decis que Raquel es algo sospechosa, no se, en los próximos capítulos la pondré a prueba...
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